CRÓNICA: Super Enduro Martorell






La ruta de la que hoy os voy a hablar es Superenduro sin igual. Quedamos yo, Ismael M., alias Ismapin, alias Gàrgamel, con mi compañero Albert Endureti o más conocido como Don Ajustes, un día soleado. Demasiado calor, de esos días en los que se te pega la tira del tanga con los tarzanitos de los gluteos. El verano ya está aquí! The summer is here! Como dicen nuestros paralelos del otro lado del charco, cuna del mountain bike. Porque de MBC´s está lleno por todo el mundo! No es algo exclusivo de estos lares.

Le dije a Albert G. que me pasaría 15:30 a 18:30 así luego me presento cuando a mi me da la gana y tengo al chaval en tensión esperando. Pero a Albert no le importa, él está contento de que vaya algún amiguete en bisi para salir por su querida tierra de Martorell.

Todo hay que decir que diez minutos antes de llegar le llamé desde la autopista mientras conducía con la música a toda castaña, mientras adelantaba a coches haciendo eses y frenaba de golpe delante de un camión para que culeara y se le desparramara la carga. MBC! 

Mientras sacaba la bici del coche vi a lo lejos a Albert que ya venía to contento. El muy monguer no llevaba el mallot oficial y al vérmelo puesto regresó a su casa para buscarlo. Vaya presidente que no da ejemplo! 

Preparats, llestos, yaaa! Por al lado de unos huertos saludamos a un iaio pagés: “eeeeeeeeepppppppp!!!” Se gira con su gorro de paja agujereado y levanta la azada a modo de saludo. Hay que saludar, que la gente lo agradece y hace pensar que todavía quedan personas que se preocupan por los demás. 

Cruzamos un puente de chapa con saltee final, seguimos por una carretera de huertos y altas cañas y encontramos la primera víctima. Una tortuga de dos por un palmo y medio aplastada. Seguramente por algún conductor desalmado que merecería chocar y quedarse tetrapléjico por sus malos actos. (Documentamos el momento para los Expedientes X del club).





Subimos una fuerte rampa por una carretera larga envuelta de pinos altos y verdes, dos o tres curvas y empezamos a subir el camino mortal. Un camino laaargo y con bastante desnivel, por el que vamos ascendiendo poco a poco, curva a curva, reguero a reguero… 

Las vistas de la sierra en la parte superior son despejadas y muy arboladas. De lejos, la ruinas de una antigua construcción del medievo perfilan un peñasco (el Castell de Rocafort). Algún tramo menos inclinado permiten a alguien como yo, que no tiene el nivel de Albert, tomar un poco más de aire caliente para ir reanimándome. Noto que la crema solar de los brazos lucha contra los fuertes rayos de sol protegiendo la piel porque noto un cosquilleo molesto. XD. Tomo agua, aunque tengo la sensación de calor por dentro y voy bebiendo seguido a pequeños sorbos para ver si me alivia un poco el sofocón.






Llegamos! Por fin estamos arriba. Tampoco ha sido para tanto no! jejeje. Paramos y Albert se pone sus protecciones de enduro y me instala la cámara en mi casco con protector antiinsectos interior sudado... “Sácalo tú!” me dice con cara de asco. Vaya moñas! Una vez listos empezamos a bajar por un camino amplio y nos cruzamos con un sofocado ciclista. Le saludo. Albert que va de primero no lo ha saludado. Debe ser que por estas tierras no saludan a los que no son del grupo. Punto negativo a mi entender. 

Empezamos a bajar por una línea de torres eléctricas. Una trialera excelente, con escalones de tierra y giros a mala leche con algún semiperalte. Me encanta. Nos salimos de la linea de torres y nos adentramos en el bosque tupido. Un poco de sombra! Gracias por la tregua! Gracias sombra por darme un respiro!

Trialeras de tierra con regueros grandotes para lecharse, peraltes, giro, giro, giro, sube un poco y baja. Rápido y sin descanso. Intento pegarme al master, a rueda e intento meterle presión para que vayamos aún más rápido mientras bajamos ya a toda pastilla pedaleando, cuando no hay que equilibrar la bici violentamente hacia los lados o estirar el manillar o derrapar y sacar la pierna para no caer.

Llegamos a un camino ancho que rompe la trialera por unos metros. Albert me dice que si paramos, que tiene las piernas medio destrozás de la tensión. Le digo que si está loco y es que ya veo por donde continua la trialera. Hay que seguir! Venga va! Vaaa! El chaval pasa de sus piernas y como un auténtico biker americano de esos de los vídeos pone gesto de profesional y se vuelve a adentrar en el sendero trialero. Jejejeje.

El ritmo sigue rápido, también los regueros se suceden, los derrapes que irán dando forma a las curvas. Doy gracias a San Mondraker y rezo a Santa Felt. Que gran descenso! Que pasada… Que, que gran... charco!!! Albert frena y quiere pasar a pie levantando la su bici a lo mariquilla, pero le digo que es un moñas e intento pasar por en medio y la ruedas se me hunden hasta los bujes! Logro apoyar el pie en un tronco salvavidas y ni me mancho. Suerte, porque aquí hay barro para todo el club! MBC!

Ahora toca subir un trozo por camino medio, con sobra y con raices. Albert me habla de no se que de una cursa y que por eso conoce este transbordo que nos llevará al comienzo del circuito de descenso de Sant Andrew del Boat y bla, bla, bla…. 



Llegamos. Circuito de daunjiiiiiiiiiiiilll vamos allá! Tres, dos, uno, piiiiiiiiiiii!!! El trazado es un serpenteo constante. La trialera no tiene casi márgenes. Mientras vas bajando entre el bosque la vista te permite ver fragmentos de tramos que vendrán. Es como si el bosque fuera amplio como un pabellón polifuncional. Pedrotes pa romperse el espinazo, giros entre pinos-sequoia, trozos rápidos, escalones seguidos para saltar por encima del manillar, cambios de rasante para pegar el culo a la rueda trasera. Un chute adrenalínico total. Creo que es la tercera vez que bajo por alguna de sus partes y se nota el echo de conocer el tipo de relieve. En la parte final se puede elegir entre diversos trozos para bajar. El circuito es como el gráfico de un árbol con sus raíces. Se empieza por la copa y al final puedes elegir la raíz que quieras para personalizar tu final. Dos perales gigantes y un gran salto despiden el descenso. Menuda pasada! Un grito de alegría y buscamos un bar con terraza.



Son aproximadamente las 18 p.m. y encontramos una terrazota. Pero no su sombra. Apartamos a dos cincuentones cerveceros de la barra exterior del bar y nos hacemos sitio. Hablamos con ellos, son dos pedazo de Torrentes muy simpaticotes y pronto entablamos amistad. Un sentimiento de fraternidad que durará ya para toda la vida. Como los amigos de aquellos que te explican anécdotas de la mili y de que allí hicieron los mejores amigos que no ven hace 40 años! Jejejeje. Un brindis y un abrazo sincero. Amics per sempre guachinforsi forinai! Amics per sempre guachi guacho forifai!!!




Para la segunda parte de la salida atravesamos un polígamo y cruzamos el río Llobrecontaminat. Llegamos a un torreón con palmeras a lo narcotraficante cubano escondida en Castellbisbal y subimos por en una carretera con arcén lleno de vidrios y fragmentos de plástico y caucho. Cogemos unos caminos polvorientos que nos llevan al Far West! El auténtico Oeste! Huele a romero. 

Empezamos la bajada de las 11 curvas! Un trazado a lo descenso del Tibet con peñascos y barrancos para caer y no parar de rodar. Las piernas acaban más rascadas que la frente de Jesucristo y las once curvas imposibles la mitad sin hacer un caballito giratorio sobre la rueda delantera se suceden. Muy guapo, aunque corto, excelente.




Subimos más caminos polvorientos pero antes Albert me opera el dedo porque en la bajada me clavé una espina (mejor dicho una daga) que me producía mucho dolor. Unas bridas y un poco de succión y listo. Muerdo un trozo de mi bocata de Maestro Bocadillero envuelto del papel dorado con los que se recubren a los indigentes muertos. Mientras, observo un ramado de ovejas y el Ajustes me afina el freno trasero que no paraba de gritar.





Llegamos arriba del todo para realizar el último descenso, la tan famosa “bajada de la Cuétara”… o más bien la bajada de Los Moñas. Muy guapa y rápida. Arenosa y con algún reguero. Guinda final para esta salida de SUPERENDURO. Le pongo un 8´5.

Nadie cayó ni se hizo daño (...). Saludos compañeros biker´s! Con retraso pero con ilusión.






Ismael Membrado
Redactor de Mbc Bike

6 comentarios:

Jordi Caballero dijo...

Que grande ! Lo más importante, siempre con ilusión ;)

MBC Bike dijo...

Gran jornada Endurera! Chi Cheñó! Pero que conste que saludé al ciclista!!

Mosquito Navarro dijo...

Muy buena crónica, aún parece que estoy allí retozando en el fango como un guarro...

MBC Bike dijo...

XDDDD Esa punto es criminal! Siempre hay un lodazal asqueroso de forma perpetua! Quien se conoce la zona sabe que es de insensatos querer cruzarlo!

Dave Jim dijo...

Genial crónica Isma! Puedo dar fé de que la bajada cuetara es de infarto! Pobre tortuguita.....

Rubén dijo...

Cuidado donde te lleva el Albert a tomarte la cervecita que con los arañazos y las zarzas aprovechan para clavarte! XDDDDD

Muy buena crónica!!