CRÓNICA: Martorell - La Beguda - Gelida

Salgo de casa con la ropa de invierno y con la estalactita acoplada en la nariz… el frío invernal ha llegado para algunos, porque Noel venía en culotte corto y con los guantes de verano. Tiene una especie de poder sobrehumano caracterizado por emanar un vapor caliente capaz de abrir un agujero en la capa de ozono. ¿Será cierto que viene de Korvatunturi? ¿Será Papa Noel? ¿Tendrá huesos de una aleación metálica calefactora? Son preguntas sin resolver, pero lo que sí es seguro es que si estas a punto de perder una extremidad por hipotermia es capaz de calentártela para recuperar la circulación sanguínea en 0,2.

Como cada domingo, con frío o sin frío, MBC sale de ruta. En la rambla de las bobilas nos encontramos Albert, Noel, Seve, yo mismo y algún que otro biker que nos confunde entre los ropajes de invierno. Iniciamos la marcha por Can Cases, con la vegetación blanca de la helada que estaba cayendo, hacía la vía del tren, mientras Albert iba aprovechando todas las trialeras que veía por el camino, Noel flipaba de que íbamos campo a través… Trail, trail!! Subimos dirección a la Beguda por todo tipo de senderos, trialeras, tramos entre arboles cerrados, … cada día disfruto más de este tipo de rutas y me cuesta más ir por pista ancha. Llegamos a Sant Esteve de Sesrovires donde hacemos una pequeña parada para almorzar algo ligero; mientras tanto Albert y Seve nos deslumbran con su sabiduría biker. Conocen todo tipo de modelos, piezas y técnicas de montaje del mundo biker. Vaya cracks!!

Ya dirección a Gelida, Noel decide volver a casa, iba tocado y mejor no forzar. Si saliera más a menudo estaría como un jabato!! Albert, Seve y yo seguimos adelante para subir por la trialera de la mina. Vaya trialera pedregosa!! Hay momentos en los que tienes que bajarte porque es casi inhumano poder subir todas esas rampas pedregosas sin perder el equilibirio ni echar el higadillo.

Más adelante, en un cambio de rasante, les perdí de vista… Al haber una bifurcación, que sólo vi yo, decidí parar, y gritar a lo Tarzán, para encontrar una respuesta que sólo me dio una llamada telefónica. En pocos minutos vi aparecer a Albert que venía en mi ayuda para seguir subiendo unos cuantos metros más… Ya casi en reserva empezamos a bajar. La bajada por sendero y por el camino del duatlón del Diable fue frenética. Después de los últimos kilómetros subiendo a caraperro hacían falta para recuperar fuerzas. Cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos en Martorell lavando la bici y con hambruna para dejar el plato limpio y abrillantado. Una ruta muy guapa, técnica y dura en algunos puntos, y sobre todo en buena compañía.

Rubén Casado
Redactor de Mbc Bike